PIONEROS EN CONSTANTE EVOLUCIÓN.

2010. Pioneros en la formación de Sommeliers en Arequipa y el Sur del Perú.

2015. Pioneros en incorporar la modalidad semipresencial con el apoyo de nuestra plataforma Mi Excella, formando sommeliers de distintos lugares del país y de la región.

2020. Pioneros en otorgar a nuestros egresados dos certificados de la ONAV, institución europea que respalda nuestra tarea.

TAPA A ROSCA
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TAPA A ROSCA

Cuándo es una buena opción.

El vino sigue evolucionando después del embotellado, y es por ello que las condiciones de cierre y almacenamiento influyen directamente en su calidad y potencial de conservación.

Se ha demostrado a través de estudios confiables que en el caso de un circuito de comercialización de medio a largo, esas condiciones pueden tener efectos marcados sobre los vinos. Por el contrario, en el caso de un circuito de comercialización corto, la influencia es menor.

Son muchos los factores que pueden afectar la evolución del vino (luz, temperatura, posición de la botella, etc.), y todavía no se conocen completamente. El cierre es tal vez la variable más obvia, y –desde la aparición de alternativas al tradicional corcho natural- genera muchos interrogantes a los consumidores.

Se ha dicho que de todos los insumos utilizados en el embotellado es el tapón el que mayor incidencia cualitativa posee. Se ha ido más lejos aún, al comprobar que cuando un vino se cierra con diferentes tipos de tapones, desde ese momento se comienzan a formar vinos diferentes. En el futuro, el tapón y las otras variables pueden llegar a considerarse como parte del proceso productivo, por sus efectos determinantes.

Alan Kay –el creador de las computadoras personales- dijo alguna vez que “el mejor modo para predecir el propio futuro es inventarlo”. Está en manos de los productores, entonces, la elección de la mejor opción para que el producto llegue al consumidor en condiciones óptimas.

Los distintos tipos de cierre de las botellas difieren en cuanto a su capacidad para excluir el oxígeno atmosférico, que es un factor determinante en la evolución del vino porque produce su oxidación. En general, los tapones sintéticos permiten que el oxígeno entre en la botella a una velocidad comparativamente alta en relación con otros tipos de tapones, mientras que los tapones a rosca permiten la entrada de poco oxígeno. El corcho natural se encuentra en un nivel intermedio.

La tecnología de los tapones a rosca ha evolucionado en la actualidad hasta garantizar un cierre hermético y confiable. Se ha convertido, entonces, en una muy buena opción, y no sólamente para los vinos jóvenes. Se elimina el problema de la oxidación prematura y se conservan casi intactos los aromas y sabores de la fruta. 

Puede presentarse algún problema con el anhídrido sulfuroso por la falta de aireación, pero en todo caso el aroma a “huevo podrido” que aparece al abrir la botella se va rápidamente. Y esa pequeña eventual desventaja se compensa con la eliminación de la contaminación producida por el corcho natural. Se estima que entre 5% y 10% de las botellas está afectada por el “sabor a corcho”, problema que tanto el tapón sintético como la tapa a rosca solucionan por completo.

Es común escuchar la voz de conocedores que afirman que la tapa a rosca no es una buena opción para los grandes vinos de guarda, en los que la oxidación sana cumpliría una importante función y otorgaría mayor complejidad. Sin embargo, hay quienes -como Francois Lurton- afirman que este sistema de cierre es ideal para todos los vinos, no sólo para los «jóvenes».

Pero hay que admitir que aún juega un importantísimo papel el tema del “glamour”: el consumidor asigna un gran valor a la ceremonia del descorche, sobre todo en aquellos vinos que se reservan para ocasiones especiales.

Y también subsiste, aunque cada vez menos, la percepción de que los vinos con tapa a rosca son de calidad inferior o necesariamente de precio más económico. Es cierto que este sistema de cierre permite bajar los costos si lo comparamos con un buen corcho natural, pero eso no equivale en todos los casos a afirmar que el vino contenido en esa botella es más barato que el resto.

Sobran pruebas en contrario, porque ya se ha utilizado para vinos de alta calidad en países como Australia, Nueva Zelanda, Estados Unidos, Sudáfrica, Argentina y Chile,  y también -y cada vez más- en el Viejo Mundo.
Todo parece indicar que la tapa a rosca llegó para quedarse.